La mirada global
El documental de Gilbert-Ndunga Nsangata

Gilbert-Ndunga Nsangata es cineasta. También fue diputado en su país natal, la República del Congo, del que tuvo que huir apresuradamente con su familia cuando los militares se levantaron en armas.
MANUEL LÉRIDA | GUÍA DE ISORA De citas culturales como la recientemente celebrada en Guía de Isora, bajo el nombre de MiradasDoc, quedan encuentros perennes como el vivido con el cineasta congoleño Gilbert-Ndunga Nsangata.
Allí, en el sur de la Isla se recrea arte todos los años durante varios días en un entorno sin igual para aquellos que aman el cine documental, ese cine sin glamour lleno de las más diversas profesiones que son las que desarrollan la mayoría de estos cineastas para poder llevar a cabo sus sueños e ilusiones. En este 2009 pasó por Miradasdoc Gilbert-Ndunga Nsangata. Y con él, su última obra creativa Los niños de Inkisi.
Gilbert es un cineasta con más de veinte años de experiencia ejerciendo en la televisión de su país. De sus 50 años de experiencia, cultivó dos de manera forzosa en un campo de refugiados y ahora intenta explicar la realidad africana como director de documentales. También protagonizó una incursión como diputado trabajando para la sociedad civil, lo que hizo que, cuando la otra sociedad, la militar, se alzara en armas, tuviera que correr con sus hijos y esconderse en la selva durante más de diez meses, dejando detrás seres queridos y experimentando el sufrimiento de ver morir personas a las que por su propio riesgo no podían enterrar, abandonándolas como alimentos de los animales de la selva. Después de dos años en un campo de refugiados, el destino hizo que comenzara a reflexionar sobre la vida y a buscar un sentido a las cosas que están pasando con la ayuda de una cámara.
A sus 50 años Gilbert cree que pertenece a una generación que tuvo mucha suerte, fortuna que él enlaza al hecho de disponer de agua, de poder estudiar y tener ilusiones en el futuro; “la misma generación que tiene mucha culpa de lo que está pasando en África y que no hace nada para crear proyectos para que vuelva la ilusión en el futuro, con una sociedad con educación, trabajo y oportunidad de una vida mejor. En esta problemática es donde nace Los niños de Inkisi.
Para este documental, el director congoleño convivió con los niños Blanchard, Chagui, John, Mambueni y Chance: “Con ellos viví y dormí en la carretera donde se buscan la vida; ellos intentan no olvidar el rostro de mamá, que por las noches les hace llorar y creer que cuando sean adultos todo esto acabará”.
Sobre las particularidades del rodaje, Gilbert afirma que fue relativamente fácil trabajar con ellos pese a su corta edad: “No fue complicado llegar a una complicidad con ellos porque soy de allí y entiendo lo que está pasado. Seguro que en todo este proceso de convivencia también ayudó el color de mi piel, que les dio tranquilidad y llevó a los niños a olvidarse de la cámara”.
“También resultó positivo el hecho de que no fuera la primera vez que rodaba con niños, pues mi primer documental fue rodado en España, al que llamé Cataluña Negra”.
La realidad que no llega en África
Una de los sueños de Gilbert es alcanzar en África un realidad que ahora queda bien lejos: “Me gustaría que los niños africanos no crean que Europa es el paraíso y que su tierra tenga las mismas oportunidades en un futuro cercano”. Durante su estancia en Guía de Isora, los niños presentes en los encuentros de MiradasDoc le preguntaban cómo se acaba con la pobreza: “Solo sé que tiene que existir en África una realidad que sea igual a sueños e ilusiones con el futuro”.